Final del curso… comienzo a una nueva forma de hacer las cosas 🙂
Para ello, recuerda que debes eliminar de tu cabeza todas las preocupaciones acerca de lo que tienes que hacer y pasarlas a un sistema fuera de tu cabeza. Y es un método aplicable por igual a lo personal y a lo profesional.
La mente piensa en las cosas aunque no pueda hacer nada sobre ella y acabamos asumiendo más responsabilidades de las que podemos gestionar.
Los sistemas antiguos (listas de cosas que hacer, o prioridades) no son suficientes para gestionar el creciente número de tareas.
Por tanto, debemos intentar acceder cuando lo desees a lo que Bruce Lee llamaba “un estado fluido”, un estado de trabajar, de hacer y de ser en que la mente está clara y eres más creativo. Se reacciona a los problemas en la medida justa, ni demasiado, ni demasiado poco.
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Debemos transformar las cosas que nos preocupan en acciones ejecutables. Es decir, transformar las «preocupaciones» en «ocupaciones» enfocadas a solucionar esa preocupación. Aunque recuerda, a veces, lo que hacemos es transformar una «preocupación» en una «distracción». Puede que a corto plazo parezca una propuesta placentera pero a medio y largo plazo no resolverá nuestro problema.
Gestionando adecuadamente los muchos compromisos internos que tenemos disminuirá nuestro estrés. Esos compromisos internos (o “círculos abiertos”) son todas aquellas cosas que llaman nuestra atención y que no están donde y como corresponde: desorden, citas pendientes, proyectos inacabados, etc.
Pero la buena noticia, es que para gestionar los compromisos internos tan sólo es necesario:
- Sacarlos de la cabeza y secuenciarlos en tu agenda. No necesitas pensar más de una vez en una cosa, salvo que tú voluntariamente quieras.Y establecer un sistema de revisiones para comprobar que no ha quedado nada pendiente.
CREA TU PROPIO SISTEMA
Debemos seleccionar que entre en nuestro espacio físico o mental que no está ubicado donde corresponde, y para lo que no tenemos determinado un resultado deseado y un próximo paso.
Esta transformación de cosas en acciones ocurre en pasos que hemos desgranado durante estas semanas. Si el proyecto es complejo la próxima acción será precisamente planificar el proyecto. Para planificar el proyecto recomendamos el sistema natural de planificación explicado en el curso.
UNA VEZ CLARA TU META,
SÓLO DEBES CONCENTRARTE EN LOS PASOS A DAR PARA LLEGAR A ELLA.
Si no sabes cuál es la acción física inmediatamente próxima, es que aún tienes que planificar. Recuerda que para poder elegir después la acción que quieres realizar según tus circunstancias , conviene que al recoger las acciones indiques 4 criterios: contexto, tiempo, energía e importancia.
Lo primero que has de hacer todos los días es mirar el calendario para ver los compromisos ineludibles. Después puedes ir a la lista de acciones correspondiente al contexto (“trabajo”, “casa”, etc.) en el que estés. Eso no significa que vayas a hacer necesariamente algo de esas listas, sino que podrás decidir si le quieres dedicar tiempo a esas acciones o si prefieres dedicárselo a lo que vaya surgiendo.
¿Es mejor comenzar organizando tus valores y principios y luego descendiendo a lo concreto o es mejor ir de abajo hacia arriba?
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En teoría sería mejor definir tus objetivos vitales e ir deduciendo lo que tienes que hacer en cada nivel inferior. Al fin y al cabo cada nivel depende del que tiene encima.
Sin embargo esa aproximación es complicada en la práctica. Si no tienes un poco organizado el día a día, es complicado que tengas la energía para mirar a largo plazo. Por eso es mejor organizar primero la pista de despegue, y una vez que hayas crecido en confianza mirar a más largo plazo.
Aunque el principal objetivo del curso es que mejores tu productividad, al conseguirlo se producen otros beneficios colaterales.
Cuando no sigues un sistema de organización adecuado, rompes los compromisos que has hecho contigo mismo, y te sientes mal.
Cada cosa pendiente en tu subconsciente es una carga. Para liberarte de ella tienes tres opciones:
– Decidir no hacerla. Aprender a decir NO y asumir con claridad lo que tienes qué hacer y el coste de adquirir nuevos compromisos.
– Pasarla al futuro. Al conocer todas tus tareas pendientes, es más fácil ser consciente de las cosas que no puedes hacer ahora y que tienes que postergar voluntariamente. Si sabes que tienes que ordenar tu salón y lo pasas a quizá algún día, es como si hubieras hecho un nuevo acuerdo contigo mismo, y no tuvieras que llevar la carga del incumplimiento.
– Hacerla. Al ir realizando tareas sencillas que tenías por ahí pendientes, te irás sintiendo cada vez mejor.
¿PREPARADO PARA EL CAMBIO?
Realiza actividades que inunden tu cerebro de dopamina y serotonina. Unas sustancias liberadas por el cerebro que están ligadas de manera muy directa con la motivación, el placer y la cognición. Estar con las personas que amas, realizar tus hobbies, cuidar tu cuerpo, estimular tu mente, alimentarse correctamente o hacer ejercicio son actividades que favorecen la producción natural de estos químicos.
Todo influye en el cambio social y en nuestra felicidad.