A veces creemos que para cambiar el mundo es necesario crear un proyecto tan grande que no podemos realizarlo. Vemos la gran escalera ante nosotros, retándonos, y decimos: imposible. Pero si prestamos atención, cada escalera se compone de pequeños escalones a los que sí podemos hacer frente. Cada camino se compone de pasos que debemos, podemos y sabemos dar. Muchas veces, al plantear nuestros proyectos para el curso vemos la escalera a la que queremos enfrentarnos pero olvidamos esos pequeños escalones que la componen. Tan sólo hay una cosa que nos podría impedir subir cada uno de esos escalones: el miedo.