Etimológicamente, “diseño” hace referencia
a la visión representada gráficamente del futuro.
Diseñar es plasmar el pensamiento de la alternativa mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados en cualquiera de los soportes, durante o posteriores a un proceso de observación o investigación. Es encontrar soluciones.
Detalle del libro Manual de Diseño Social
El acto intuitivo de diseñar podría llamarse creatividad como acto de creación o innovación si el objeto no existe o se modifica algo existente. Puede realizarse a través de la inspiración, abstracción, síntesis, ordenación o transformación. Centrándonos en la idea de signo, significación, designar es diseñar el hecho de la solución encontrada. Es el resultado de la conjunción de recursos materiales, la forma, transformación y el significado implícito en la obra.
Diseñar es una tarea compleja y dinámica. Es la integración de requisitos técnicos, sociales y económicos, necesidades biológicas, ergonomía con efectos psicológicos y materiales, forma, color, volumen y espacio, todo ello pensado e interrelacionado con el medio ambiente que rodea a la humanidad.
De esto último se puede desprender la alta responsabilidad ética del diseño y los diseñadores a nivel mundial.
Desde esta perspectiva, el diseño puede conceptualizarse como un campo de conocimiento multidisciplinario, que implica su aplicación en distintas profesiones, que puede ser estudiado, aprendido y, en consecuencia, enseñado. Está al nivel de la ciencia y la filosofía, dado que su objetivo está orientado a estructurar y configurar contenidos que permitan ser utilizados para ofrecer satisfacciones a necesidades específicas de los seres humanos.
El acto humano de diseñar puede ser arte. No es un hecho artístico en sí mismo, aunque puede valerse de los mismos procesos en pensamiento y los mismos medios de expresión como resultado. Es un ejercicio mental y social en sí mismo.
El diseño también es una actividad técnica y creativa encaminada a idear un proyecto útil, funcional y estético.
Integrar mediante diseños innovadores orientados al usuario, facilitar el cambio hacia un mundo más acogedor y tolerante, hacer más sostenibles las vidas, los horarios, las viviendas, las ciudades y los transportes… Todo lo que el diseño pueda aportar. Todo aquello que nos haga el mundo más accesible sin dañarlo: es diseño social.
Sir Ken Robinson nos enseño que todos nacemos con el talento de diseñar o darles nuevas formas y sentido a algo que ya existe. Lo único que tenemos que descubrir es nuestro «elemento». Si no lo hacemos, tarde o templano a la mayoría se nos olvida o nos volvemos algo cobardes a la hora de experimentar. Sin embargo, hoy en día la corriente del diseño busca generar soluciones desde los entornos accesibles e incluye la cocreación y el aprendizaje compartido.
Al vivir en comunidad y estar interconectados nos encontramos ante las interacciones sociales todos los días. No estamos solos. No podemos dejar de ser seres sociales que son influidos por la realidad que les rodea, pero que también pueden influir en ella.
[vimeo]http://vimeo.com/61556279[/vimeo]
Debemos ser conscientes del hecho de que tenemos la oportunidad de elegir las acciones en la vida cotidiana. Tenemos la opción entre seguir los mismos hábitos, las costumbres y los senderos que marcamos en el pasado, cambiarlos por otros o diseñar nuevos caminos. Para nosotros este es el diseño social, ¿cómo podemos, desde nuestra pequeña realidad, diseñar nuestro mundo?
En la era de la información, la interconexión y las redes sociales, en el ámbito del diseño también necesitamos profesionales pero también de gente que lo aplique en todas las facetas de su vida: artesanos, ilustradores, diseñadores, arquitectos, ecologistas, escritores, campesinos, periodistas, amas de casa… También necesitamos una formación “social y cívica” mínima para que las ideas se encaucen y no queden en meros pensamientos pasajeros.
Hay múltiples formas de hacerlo y nuevas metodologías para aplicar y revisar a cada paso. También la experiencia de personas creativas en su día a día. Pero lo más importante quizás, es no olvidar que todos, absolutamente todos, formamos parte activa del mundo que pisamos. Las posibilidades de rediseñar el mundo son infinitas pero tienen un paso previo indispensable: rediseñar nuestra forma de pensar.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=bVMgCM8Y7hg[/youtube]
REFLEXIONES
La creciente ola de fake news y mensajes de odio nos preocupa. Las dinámicas económicas de medios y redes sociales, sus algoritmos y falta de transparencia permiten que se amplifiquen mensajes que ponen en peligro la sociedad que queremos: inclusiva, solidaria, justa y democrática.
La difusión de estos discursos tiene consecuencias en las organizaciones: caída del número de voluntarios y de socios, cada vez más tiempo dedicado a responder a trolls, acoso online, una parte creciente de la población con prejuicios sobre nuestros temas y escéptica sobre el trabajo de las ONG y otras organizaciones de la sociedad civil.
En este complejo y competitivo ecosistema mediático, se requieren nuevas competencias para llegar con nuestros mensajes a una amplia audiencia, generar empatía e influir en la agenda mediática.
El futuro no existe, se diseña. No solamente exigimos a las empresas un compromiso social y transformador, si no que nosotros mismos como sociedad tenemos la capacidad de transformarla a través de nuestro consumo. Hay que romper barreras de exclusión. Ofrecer oportunidades de construir «eutopías». La eutopía es la construcción de un mundo mejor.
Hay que revisar el punto de partida en el que nos encontramos. Estamos ante ciudadanos desgobernados, algotimizados, desvinculados en horizontal y con un estado comunitalista.
Prosuming en busca del compromiso. Una relación basada en la experiencia y bajo demanda.
Las personas han podido parar a pensar para reorientarse y apuntar a metas espiritualmente más elevadas, nuestros productos deben adaptarse al nuevo escalón de Maslow. (O bajar ante la crisis económica y social).
El diseño tiene cabida en el sector público en tres niveles:
1. Resolución de problemas concretos.
2. Como capacidad en los equipos de trabajo.
3. Diseño como servicio para policymakers