No somos máquinas, somos talento. La gestión del tiempo no es gestión de la cantidad, es gestión de la calidad.
Durante esta semana entraremos en profundidad en el concepto: “afilar el hacha”. Es decir, en ese momento en el que te sientas a optimizar o redirigir el sentido de tu agenda.
Vivimos el fin de la era industrial y el inicio de la era del talentismo (aunque muchos quieran seguir viendo a los trabajadores como “máquinas”). En este momento de transición sufrimos todavía los defectos de los sistemas obsoletos del pasado: en la educación, en la economía, en la política… Mientras estas instituciones se renuevan, los ciudadanos también han de adaptarse a los cambios, y convencerse de que el mundo podría ser un lugar mejor. Sólo depende de nosotros.
A veces creemos que para cambiar nuestra realidad es necesario crear un cambio tan gran que no podremos realizarlo. Vemos la gran escalera ante nosotros, retándonos, y decimos: imposible. Pero si prestamos atención, cada escalera se compone de pequeños escalones a los que sí podemos hacer frente.
Cada camino se compone de pasos que debemos, podemos y sabemos dar. Muchas veces, al planificar nuestra vida, estructurar nuestra empresa o nuestra carrera profesional vemos la escalera a la que queremos enfrentarnos pero olvidamos esos pequeños escalones que la componen.
Muchos de vosotros también nos habéis comentados vuestro temor por no ser capaces de crear una agenda interesante o de vuestra capacidad para poder llevarlo a cabo. Los motivos y excusas que nos planteáis son muy variados.
Pero siempre os alentamos a reflexionar sobre vuestras palabras porque sabemos que si estáis aquí, si estáis haciendo este curso, vuestras ganas de hacer algo distinto son tan fuertes cómo lo es un elefante. Sólo que somos elefantes, a los que un día nos enseñaron que no se pueden cambiar las cosas:
La creatividad se enlaza con la felicidad, porque no solo brinda herramientas para mejorar o transformar la propia cotidianidad, sino también, el poder de construirse a sí mismo. La creatividad libera la fuerza interior que hay en todo ser humano.
Las personas creativas difieren las unas de las otras en muchos aspectos, pero en uno son unánimes: todas aman lo que hacen. No es la esperanza de lograr un objetivo lo que las conduce; en vez de eso, disfrutan del camino o de las actividades que se realizan para alcanzarlo.
Al igual que la inteligencia y otras aptitudes humanas, la creatividad puede fomentarse o coartarse, según sean positivas o negativas las influencias del entorno sociocultural que nos rodea.
Fomentar la creatividad en los niños desde que nacen les ayuda a expresarse por sí mismos, desarrollar su pensamiento abstracto, resolver problemas, relacionarse mejor con los demás… La clave está en respetar sus tiempos de aprendizaje y darles libertad para que desarrollen su imaginación.
LA MEJOR GESTIÓN DEL TIEMPO: VIVIR EL PRESENTE
Saca la basura de tu mente. Basura es todo aquel pensamiento que te distraiga de lo que realmente importa: estar presente plenamente en este momento, aquí, ahora. Cuando por fin vivas el presente te sorprenderá todo lo que puedes hacer y lo bien que lo haces. El viaje es lo que nos da la felicidad, no el destino.
Según el guía Sócrates, hay tres reglas que llevar en la mochila para emprender el camino de la felicidad. Estas reglas son:
1. La Paradoja.
La vida es un misterio basado en opuestos. Pero nuestro objetivo es sentirla, no entenderla.
2. El Humor.
No pierdas el sentido del humor. Ante cualquier situación y ante ti mismo.
3. El Cambio.
Acepta la naturaleza del mundo: no hay nada que perdure.
Y UN PEQUEÑO EJERCICIO:
ESCRIBE TU AGENDA DE DENTRO DE 5 AÑOS.
Un ejercicio interesante para animarnos a la gestión del cambio positivo en nuestra planificación es utilizar un cuaderno especial dedicado a escribir vuestra biografía. La pasada, la presente… y lo que es más importante: la futura. Planificar una vida que merezca ser vivida… y atreverse a vivirla. A veces, poner sobre el papel pensamiento e intenciones nos ayuda a visualizar deseos y guiarnos hacia ellos.
¿Cómo me gustaría que fuese mi día a día dentro de 5 años? ¿Y dentro de 10?
En serio, no sólo lo pienses, escríbela y deja tus anotaciones en algún lugar visible. El siguiente paso es caminar hacia ello, sin miedo, escalón a escalón.