«Dale ‘me gusta’ a nuestro Facebook y no vacunaremos a ningún niño contra la polio». Con este cartel la nueva campaña de la filial sueca de Unicef pretende denunciar la falta de utilidad del llamado ‘activismo de sofá’. E igual puede pasar con nuestra empresa: que consigamos realizar una campaña muy viral pero que nadie finalmente compre nuestros productos.
Las campañas virales y los memes de internet pueden mantenerse inmutables o evolucionar en el tiempo, bien al azar, o bien por imitación, parodia o por el añadido de nuevos contenidos. ¿Pero consiguen movilizar realmente a nuestros receptores?
Los memes normalmente surgen como una forma de interacción social, como referencias culturales o como una forma de describir situaciones de la vida real de las personas. La rapidez con la que se pueden extender a escala mundial y su impacto social ha atraído el interés de investigadores y profesionales de la industria de comunicación. En el área académica, se investigan modelos para predecir qué memes se propagarán por la red y cómo evolucionarán.
Un estudio de las características de los memes de internet, alcanzó varias conclusiones sobre la propagación de los mismos: por ejemplo, que los memes «compiten» entre ellos por la atención del público, lo que resulta en un menor tiempo de vida, pero también pueden «colaborar», gracias a la creatividad de los usuarios de Internet, lo que contribuye a su difusión y permanencia. Se dan ejemplos de memes muy populares que se extinguen al poco tiempo, mientras que otros, sin alcanzar el mismo nivel de rápido reconocimiento, sobreviven gracias a su asociación con otros memes.
Las asociaciones, empresas o inclusos partidos políticos, conocen la fuerza de este fenómeno y no dudan en sumare a él:
¡PERO CUIDADO! En 2013, Dominic Basulto escribió en el The Washington Post que el crecimiento de Internet y las tácticas de la industria publicitaria han afectado negativamente a la capacidad de los memes de transmitir unidades de cultura humana durables, y, en su opinión contribuyen a difundir banalidades en vez de ideas importantes.
Uno de los mejores ejemplos son las peticiones online que la gente y las organizaciones pueden realizar para juntar firmas y presionar a las autoridades para lograr un cambio, y que gracias a las redes sociales permiten que se divulguen de manera exponencial, aumentado significativamente su impacto (aunque hay que tener mucho cuidado con el «activismo de click«).
Evgeny Morozov en su libro ‘To save everything, click here’, critica activismo de clic y los proyectos de micro-mecenazgo o crowdfunding, que suelen tener un sesgo simplista.
El tono despiadado que emplea Morozov proporciona una lectura tan enriquecedora como divertida. Tras los comentarios corrosivos late la preocupación de un humanista que observa con angustia cómo la filosofía y la ética han quedado marginadas en el debate actual sobre tecnología. Las reflexiones de Morozov son tan atrevidas como consistentes. Independientemente de que se coincida con ellas o no, su libro reflexiona sobre un tema al que la sociedad presta poca atención.
¿Qué opinas tú sobre los nuevos peligros de la banalización de mensajes frente a su viralidad? ¿Qué claves destacarías para impedir que esto ocurra? (puedes el ejemplo de alguna campaña que consideres que sí está realizando buenas prácticas)
Buenas tardes, en cuanto a si se banaliza o no el mensaje de una campaña al convertirse en memes o en virales, pienso que sí, que corren ese peligro pero que también cumplen una función y que es, en muchas ocasiones, concienciarnos de lo que está pasando porque nos visibilizan cosas que ocurren. Consiguen que se hable de ciertos temas de los que antes no se hablaba pero no sé si se les ofrece una solución a los mismos. Al menos sirve para que reflexionemos y cambiemos nuestra visión de las cosas.
Además, el término de infoxicación que introducían en otro tema creo que influye en el mensaje que se quiere transmitir. Hay muchos y mucha información sobre casi todo. A veces eso no ayuda a ver qué es lo que de verdad pensamos sobre un problema concreto, a reflexionar sobre él y buscar soluciones.
Hola!
Sobre la banalizacion del mensaje al convertirse en viral,no creo que se banalice, ya que el mensaje dice lo que dice, otra cosa es el seguimiento que se hace despues de un primer comunicado, que sirve para dar a conocer, para informar, para motivar, es una herramienta, que se complementa con otras, pues no podemos pretender que con un mensaje breve, una primera llamada de atencion, todo cambie.
El seguimiento, la persistencia en el objetivo sera lo que produzca el cambio, y eso lo podemos conseguir con la potente herramienta «internet».
Amnistia Internacional, creo que realiza un minimo seguimiento de sus campagnas y el agradecimiento por haber seguido sus propuestas, esto hace que tenga exito.
Muchas veces el mensaje llega al ser divertido, ironico, con chispa, pero nos quedamos ahi, en la anecdota y sin llegar a la esencia, aunque la llamada de atencion ahi esta.
La campañas virales y los memes de internet han llegado a todos los ámbitos, al activismo social también. Tan solo con ojear nuestro facebook o el correo encontramos cientos de anuncios sobre pobreza en el mundo, enfermedades, animales que necesitan nuestra ayuda o causas que buscan afiliados. Y lo único que hay que hacer es un click. Eso no me compromete a nada, solo hay que darle a un me gusta, compartir o firmar y mi tarea ha finalizado. No crea ninguna relación con esa causa o empresa, por tanto no cumple ni de lejos los objetivos por los que se creo. Además, yo si estoy de acuerdo en la canalización, todo se presta a chiste, guasa o juegos de palabras y ante graves problemas, es muy fácil que el contenido se desvirtúe y no llegue a nada. Además, con los microcréditos o los firmas, se han creado causas para todos los gustas, algunas incluso simples tonterías que buscan apoyos o dinero, es un peligro caer en ese juego. Sin embargo, tampoco podemos dudar del efecto llamada o eco de las redes sociales La rapidez con la que se expanden los mensajes, la inmediatez, el poder de convocatoria real que han demostrado tener, a veces es imparable. Por ello yo apuesto por segregar, por buscar un público específico a nuestra causa, por implicar con la reflexión y la conciencia social a la gente para que pueda actuar y sumarse a aquellas causas que de verdad le remuevan por dentro y le importen. Por ejemplo, a todos nos preocupa la infancia y la protección de los menores, pero hasta que no eres madre no sientes algo especial con ese tipo de movimientos. Así ocurre con lo demás, buscando el público específico para mi causa conseguiré una mayor movilización al motivarlos con algo que realmente sienten.
He estado indagando y he encontrado una campaña de» Acción contra el hambre» que a través de la recogida de firmas por internet ha tenido éxito.Se trata NO HUNGER, el objetivo de la campaña espedir a Al Gore que dirija un documental(como hizo con el cambio climático)sobre la desnutrición infantil.
Apoya gente del cine como Belén Rueda y directores como Colomo, Santiago Segura y Trueba.
El éxito en España ha proporcionado que se haga en otros países y que se hayan puesto en contacto con Al Gore y diga:»es raro, pero es una buena idea».
Aquí creo que ha sido una buena forma de conseguir esa concienciación más allá de una simple firma cómoda.
En mi opinión, cualquier colaboración voluntaria, siempre es valorable y válida.
luego, el grado de implicación es interno de cada persona y respetable.
Me parecen convincentes las nuevas posibilidades abiertas por internet para promover el compromiso personal con determinadas causas. A condición de que estas nuevas opciones se incorporen a la caja de herramientas del activismo, junto con las más clásicas. De otro modo, probablemente limpiaremos nuestra conciencia cliqueando a destajo a favor de todo tipo de causas, pero con una participación escasa en la búsqueda colectiva de respuestas a los problemas sociales. No creo que se trate de elegir entre lo uno y lo otro, sino de mantener las opciones anteriores incluyendo las nuevas cuando tengan sentido. A mí particularmente me gusta Change, y aunque supongo que muchas de las causas abiertas no llegan a buen fin, también creo que son muchas las que han conseguido al menos movilizar a la opinión pública en torno a un determinado asunto. Pero son un medio que no cabe convertir en un fin en sí mismo, Termino diciendo que me gusta Morozov y el papel que adopta de «hereje digital» para sacudir un poco la banalidad a la que hacía referencia en «El desengaño de internet».