No es el reparto injusto de los recursos nuestro mayor problema. La mayor escasez no es de recursos, de petróleo, agua potable ni comida, sino de liderazgo en innovación social y del valor necesario para su aplicación. Comprometidos con la realidad -científica, ética y personal-, la sociedad puede encontrar soluciones a la pobreza, cura y prevención de enfermedades, e inestabilidad emocional que nos afectan. Y sin embargo, el sistema establecido aborrece la realidad y la combate sin tregua por miedo a perder su hegemonía. Insistimos en gastar nuestros esfuerzos por exigir o suplicar, a aquellos que no desean cambiar el sistema, que lo hagan. La pregunta es ¿por qué no cambiarlo nosotros?.
Nos han convencido de que no podemos cambiar el mundo.
Pero realmente ¿no podemos? ¿no queremos? ¿no sabemos?
Para EN+ la comunicación positiva
es aquella interacción – verbal o no verbal –
que implica creación de soluciones a través
de la empatía, optimismo y sinergia.
Repasemos estos tres términos:
empatía.
1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=0KTZ2Gbyktk[/youtube]
optimismo.
1. m. Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=-gIAv7B_-dw[/youtube]
sinergia.
1. f. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vmzhSVDR2nc[/youtube]
El próximo lunes daremos un paso más en la comunicación positiva o lo que lo mismo: la comunicación que nos ayuda crear/diseñar soluciones.
Para el tema de hoy necesitamos que expongáis en los comentarios alguna iniciativa de cambio social que cualquiera de nosotros podríamos realizar y nos expliquéis por qué creéis que la mayor parte de la población no quiere/puede/sabe formar parte de ella.
me han parecido muy interesantes y útiles todas las intervenciones que habéis realizado sobre el tema. Hay un montón de buenas ideas para empezar a cambiar de verdad.
en mi opinión, el cambio comienza cuando uno es consciente de que «debe» hacer algo y además, «puede» hacerlo.
mi aportación se refiere a lo que cada uno de nosotros, en nuestro entorno y en nuestras profesiones, cree que debería hacer para materializar el cambio que deseamos. El siguiente paso sería operacionalizarlo: mirar cómo se puede hacer realidad.
por ejemplo, mi compromiso personal para cambiar las cosas se extiende de mi hogar (criando y educando respetuosa y conscientemente a mis hijos) a mi profesión -la psicología- (mis pacientes son para mí personas a las que escuchar y alentar en sus búsqueda de preguntas y respuestas, no animales a los que adiestrar).
Queremos exponer la iniciativa del software libre, movimiento del que hoy formamos parte. Frente al software privativo (Windows, Mac) existen opciones que fomentan la colaboración, el compartir sin atarnos a licencias restrictivas o a gustos y necesidades ajenas a nuestras decisiones. Son softwares abiertos, por lo que podemos conocerlos “por dentro”, saber cómo están escritos y modificarlos o adaptarlos a nuestras necesidades (cosas que no pueden hacerse con los privativos).
Ahora mismo, casi todas los dispositivos tecnológicos funcionan con algún tipo de software (cajeros, móviles, cámaras de seguridad, internet, aparatos de hospitales, etc) por eso nos parece importante que esos dispositivos puedan ser controlados con más transparencia y seguridad.
Si bien el software libre es accesible a todo el mundo (incluso en muchos casos es gratuito) creemos que no está tan extendido su uso por las presiones de las grandes empresas (por ejemplo, con los convenios que firman con instituciones públicas) y la gran inversión en publicidad que nos ha llevado a su uso por comodidad y por temor a lo “desconocido”.
Les compartimos dos enlaces cortos sobre el tema:
http://www.youtube.com/watch?v=BZpPG7nSp8M&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=FvLJ2JotttM
Nota: clase leída y debatida colectivamente por sursiendo.com
Para el tema de hoy necesitamos que expongáis en los comentarios alguna iniciativa de cambio social que cualquiera de nosotros podríamos realizar y nos expliquéis por qué creéis que la mayor parte de la población no quiere/puede/sabe formar parte de ella.
Queremos exponer la iniciativa del software libre, movimiento del que hoy formamos parte. Frente al software privativo (Windows, Mac) existen opciones que fomentan la colaboración, el compartir sin atarnos a licencias restrictivas o a gustos y necesidades ajenas a nuestras decisiones. Son softwares abiertos, por lo que podemos conocerlos “por dentro”, saber cómo están escritos y modificarlos o adaptarlos a nuestras necesidades (cosas que no pueden hacerse con los privativos).
Ahora mismo, casi todas los dispositivos tecnológicos funcionan con algún tipo de software (cajeros, móviles, cámaras de seguridad, internet, aparatos de hospitales, etc) por eso nos parece importante que esos dispositivos puedan ser controlados con más transparencia y seguridad.
Si bien el software libre es accesible a todo el mundo (incluso en muchos casos es gratuito) creemos que no está tan extendido su uso por las presiones de las grandes empresas (por ejemplo, con los convenios que firman con instituciones públicas) y la gran inversión en publicidad que nos ha llevado a su uso por comodidad y por temor a lo “desconocido”.
Les compartimos dos enlaces cortos sobre el tema:
http://www.youtube.com/watch?v=BZpPG7nSp8M&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=FvLJ2JotttM
Nota: clase leída y debatida colectivamente por sursiendo.com
Por ejemplo el intercambio gratuito de conocimientos. Si tu vecina sabe hacer empanadas puede enseñarte a hacerlas, gratuitamente. A cambio, esta vecina que es muy buena cocinera pero no tiene ni idea de informática, recibiría clases de informática. La chica que da las clases de informática, como no sabe coser, recibiría clases de costura por parte de otra persona. Y así podríamos compartir y aprender todos juntos sin necesidad de utilizar el dinero como moneda de cambio.
Me imagino que todos estamos metidos en el mismo saco. Podemos proponer ideas, hablar largo rato sobre ellas, pero el momento decisivo llega cuando hay que llevarlas a la práctica. En la práctica las personas somos reticentes a todo lo nuevo, a todo lo que no entendemos. El ser humano se ha vuelto desconfiado, desagradecido. Cualquier iniciativa social conlleva trabajo y esfuerzo. Estamos acostumbrados a recibir dinero por nuestro trabajo y a pagar por todo lo demás. En el momento que no recibimos compensación económica por lo que hacemos, el ánimo comienza a decaer. La magia de la solidaridad empieza a desdibujarse. Creo que nos hemos olvidado de lo gratificante que es ayudar a los demás.
Por ejemplo una cooperativa de consumo responsable. Todas comemos y muchas somos conscientes de lo injustas y nocivas para nuestra comunidad, para nosotras mismas y para el resto del planeta que son las leyes del mercado actual. Uniéndonos en pequeños grupos de consumidoras podriamos comenzar ese cambio social y económico tan básico e importante. En la actualidad hay ya muchos modelos diferentes a funcionar en distintas ciudades y pueblos, sería pués solo cuestión de encontrar a otra gente afín y comenzar. Lo que normalmente nos para a la hora de poner teoría en práctica es el miedo a no saber, a fracasar, pero también la falta de ganas de implicarnos en proyectos a medio-largo plazo y en el que tengamos que actuar de forma regular, sin poder escaquearnos. Todavía nos falta adquirir conciencia y acción colectiva. Poder podemos, pero no siempre queremos. El parágrafo inicial de esta unidad es muy significativo y expone en mi opinión de manera muy clara cual es el gran reto de nuestras sociedades «No es el reparto injusto de los recursos nuestro mayor problema. La mayor escasez no es de recursos, de petróleo, agua potable ni comida, sino de liderazgo en innovación social y del valor necesario para su aplicación».