James Mollison, fotógrafo y viajero del mundo, ha propuesto esta serie de fotos que representan los dormitorios de niños de diferentes países del mundo. En todas las culturas, la habitación que tenemos representa nuestro lado más íntimo, una habitación que refleja a su propietario y su identidad.
Os dejamos algunas sus fotografías y las descripciones que las acompañan (pincha sobre las imágenes para ampliar):
Indira, 7 años, Katmandou, Nepal
Indira vive con sus padres, hermano y hermana cerca de Katmandú, en Nepal. Su casa tiene una sola habitación, con una cama y un colchón. A la hora de acostarse, los niños comparten el colchón en el suelo. Indira ha trabajado en la cantera de granito de la zona desde los tres años. La familia es muy pobre así que cada uno tiene que trabajar. Hay 150 niños que trabajan en la cantera. Indira trabaja seis horas al día y luego ayuda a su madre con los quehaceres domésticos. También asiste a la escuela, a 30 minutos a pie. Su comida favorita es la pasta. A ella le gustaría ser bailarina cuando sea mayor.
Jasmine, 4 años, Kentucky, Estados Unidos
Jasmine (‘Jazzy’) vive con sus padres y tres hermanos. Su casa está en el campo, rodeado de tierras de cultivo. Su habitación está llena de coronas y bandas que ha ganado en concursos de belleza. Ha participado en más de 100 competiciones. Su tiempo libre está ocupado con los ensayos. Practica sus rutinas todos los días con un entrenador. A Jazzy le gustaría ser una estrella de rock cuando crezca.
Dong, 9 años, Yunnan, China
Dong vive en la provincia de Yunnan en el suroeste de China, con sus padres, hermana y abuelo. Él comparte una habitación con su hermana y sus padres. La familia tiene tierra suficiente para cultivar su propio arroz y caña de azúcar. La escuela Dong está a 20 minutos a pie. Le gusta escribir y cantar. Casi todas las noches, se pasa una hora haciendo su tarea y una hora viendo la televisión. Cuando sea mayor, a Dong le gustaría ser policía.
Lamine, 12 años, Bounkiling, Senegal
Lamine es un alumno de la escuela coránica de la aldea, donde no se permiten niñas. Él comparte una habitación con otros niños. Las camas son básicas, algunas con el apoyo de los ladrillos para separarlas del suelo. A las seis de la mañana los niños comienzan a trabajar en la granja escuela, donde aprenden a excavar, recoger el maíz de la cosecha y arar la tierra con animales. Por la tarde, estudian el Corán. En su tiempo libre le gusta jugar al fútbol con sus amigos.
Joey, 11 años, Kentucky, Estados Unidos
Joey vive con sus padres y su hermana mayor. Acompaña frecuentemente a su padre a cazar. Tiene dos rifles y un arco. Cazó su primera pieza a la edad de 7 años: un ciervo. Su familia siempre cocina los animales de caza y Joey no ve con buenos ojos que se mate a los animales sólo por deporte.
Douha, 10 años, Hebron, Cisjordania
Douha vive con sus padres y hermanos 11 en un campo de refugiados palestinos en Hebrón, en Cisjordania. Ella comparte una habitación con sus cinco hermanas. Douha asiste a una escuela a 10 minutos en coche y quiere ser pediatra. Su hermano, Mohammed, murió en un ataque suicida contra los israelíes en 1996. Después, el ejército israelí destruyó la casa de la familia. Douha tiene un póster de Mahoma en la pared.
Prena, 14 años, Katmandou, Nepal
Prena es una trabajadora doméstica y vive en una habitación tipo celda, en el ático de la casa donde trabaja en Katmandú.
Tzvika, 9 años, Beitar Illit, Cisjordania
Tzvika, vive en un bloque de apartamentos en Beitar Illit, un asentamiento israelí en Cisjordania. Se trata de una comunidad cerrada de 36.000 Judíos Ortodoxos. Los televisiones y los periódicos están prohibidos el asentamiento. La familia tiene de promedio nueve hijos, pero Tzvika sólo tiene una hermana y dos hermanos, con quien comparte su habitación. Va en coche a la escuela, a dos minutos. El deporte está prohibido en su plan de estudios. Tzvika va a la biblioteca todos los días y disfruta de la lectura de las Sagradas Escrituras. También le gusta jugar a juegos religiosos en su ordenador. Quiere llegar a ser un rabino, y su comida favorita es Schnitzel y las patatas fritas.
Anónimo, 12 años, Costa d’Avorio
Este chico de nueve años es un refugiado de la guerra en Liberia. Va a una escuela para niños ex soldados en Costa de Marfil. Su nombre se guarda en secreto para proteger su identidad. Miles de chicos -a menudo huérfanos- fueron reclutados para pelear en la violenta guerra civil. Les prometían dinero, comida y ropa. Los movían por todo el país hasta que olvidaban cuál era su hogar y se convirtieron en desplazados. Este chico es huérfano y tiene tres hermanos. Vive en una choza con otros tres pupilos. Su comida favorita es arroz con tomate, carne y pescado molidos juntos. Le gusta el fútbol y quiere ser profesor cuando sea grande.
Rhiannon, 14 años, Darvel, Escocia
Vive en una casa adosada en Darvel, sur de Escocia. Tiene 14 años y vive con sus padres y un hermano. La zona donde vive sufre por la adicción a la heroína entre los jóvenes y la violencia de pandillas. Rhiannon ha decidido peinarse al estilo mohicano, como el de que llevan sus padres, desde que tenía seis años. Son parte de una subcultura Punk y han formado una comunidad de apoyo. Son objeto de criticas. Rhiannon lo sufrió en la escuela pero se defendió y ahora ya no la molestan. Toca guitarra, batería y bajo, y canta.
Nantio, 15 años, Lisamis, Kenya
Nantio es miembro de la tribu Rendille en el norte de Kenia. Ella tiene dos hermanos y dos hermanas. Su casa es una cúpula de carpa hecha de cuero de ganado y de plástico, con poco espacio. Tienen un fuego en mitad de la tienda, alrededor del cual duerme toda la familia. Las tareas de Nantio incluyen el cuidado de las cabras, cortar leña y acarrear agua. Ella fue a la escuela del pueblo durante cuantos años pero decidió no continuar. Tiene la esperanza de que un moran (guerrero) la seleccione para casarse. Tiene un novio ahora, pero no es raro que una mujer Rendille pueda tener varios novios antes del matrimonio. Como es costumbre, antes de casarse tendrá que sufrir la ablación del clitoris.
Roathy, 8 años, Phnom Penh, Cambogia
Roathy vive en las afueras de Phnom Penh. Su casa se ubica en un basurero enorme. Su colchón está hecho de llantas viejas. Cinco mil personas viven y trabajan allí. A las seis de la mañana, él y cientos de otros niños se dan una ducha en un centro de caridad local antes de empezar a trabajar, hurgando en busca de latas y botellas de plástico que venden a una empresa de reciclaje. El desayuno es a menudo la única comida del día.
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL PROYECTO
“Donde duermen los niños” es el título de un proyecto documental que se transformó en libro y que muestra, en imágenes, las diversas formas de vida de niños de todo el mundo, a través de sus rostros y de sus dormitorios.
James Mollison, nacido en Kenya de padres ingleses y actualmente residente en Venecia, comenzó con un proyecto para una obra de beneficencia para niños, hace ya varios años.
Cuando empezó a pensar cómo podría mostrar la realidad de niños que pasaban necesidades en todo el mundo, se propuso evitar a toda costa los estereotipos de siempre, dijo al New York Times: ojos tristes, sonrisas sin dientes. Fue entonces, al recordar su propia infancia, cuando se dio cuenta de que los dormitorios dicen mucho sobre la vida que cada niño lleva.En el libro se pueden ver unos 50 de los más de 200 niños que posaron para el fotógrafo sobre fondo blanco, imágenes que se acompañan de las de sus dormitorios.
El resultado en un collage de culturas, de semejanzas y disparidades que reflejan el mundo tan desigual en el que coexiste una niña princesa de belleza que habita en un cuarto de princesa real, con un pequeño rumano que duerme al aire libre sobre un colchón regalado, junto a sus padres.
Bilal, 6 años, Wadi Abu Hindi, Cisjordania
Risa, 15 años, Kyoto, Japón
Netu, 11 años, Katmandou, Nepal
Alex, 9 años, Rio de Janeiro, Brasil
Ahkohxet, 8 años, Amazonia, Brasil
[…] “¿Dónde descansan los sueños de los niños?“: James Mollison, fotógrafo y viajero del mundo, ha propuesto esta serie de fotos que representan los dormitorios de niños de diferentes países del mundo. En todas las culturas, la habitación que tenemos representa nuestro lado más íntimo, una habitación que refleja a su propietario y su identidad. […]