Entre los muchos cambios que Internet está provocando, uno de los más interesantes es la democratización del desarrollo de proyectos a través del fenómeno de la financiación colectiva o crowdfunding. Gracias a él hemos conseguido que lo que importe realmente para lanzar un proyecto no sea si hay un gran inversor detrás de él, sino una comunidad.
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El crowdfunding puede adoptar muchas formas pero todas ellas tienen una cosa en común: sustituye la necesidad de un prestamista poderoso por la participación de muchos pequeños contribuyentes.
Refleja el poder que puede alcanzar una comunidad unida por una causa de interés o persiguiendo el beneficio común.
Desde su llegada a España, hemos seguido muy de cerca su evolución creando incluso nuestra propia campaña de financiación colectiva: Manual Diseño Social. El objetivo, más allá de la financiación de esa primera edición del libro, era aprender en primera personar qué era lanzar una campaña de financiación colectiva para poder asesorar a otros emprendedores sociales.
El éxito alcanzado nos hizo colaborar también con proyectos de nuestros alumnos como El Extrarradio o RECmondo y seguir muy vinculados a todas las iniciativas que surgían en España.
Y en plena nube de euforia, una vez hemos podido reposar toda la información y podemos tomar conciencia de la evolución que está teniendo la financiación colectiva en España, nos gustaría compartir con vosotros algunas LUCES Y SOMBRAS que hemos encontrado en nuestro camino.
Para los que aún no conocéis qué es el “crowdfunding” o “financiación colectiva”, os dejamos un pequeño resumen:
LUCES Y SOMBRAS DE LA FINANCIACIÓN COLECTIVA
Actualmente nos encontramos con una “burbuja” de los fenómenos crowdfunding y cowoking que es muy parecida a la que se puede aplicar a los “community manager”.
¿En qué se parecen? En que hemos sobrevalorado en su aplicación los procesos y las plataformas técnicas vendiendo el mantra “dinero fácil” en detrimento de su parte esencial: el nexo de unión entre la necesidad de una comunidad y la solución aportada por un emprendedor/organización.
La financiación colectiva se ha vendido como una financiación sin intereses. Entendido así, explica que haya tanta gente interesada en ella. Y explica, a su vez, la cantidad de plataformas que quieren sacar un % de esa financiación.
De hecho, es preocupante la cantidad de plataformas que existen en relación a las empresas o profesionales formados en detectar necesidades en comunidades y ofrecer soluciones de comunicación entre la comunidad y el emprendedor.
A través de un servio o producto el promotor aporta una solución aplicable a un problema hacia el que la comunidad es especialmente sensible. Sin embargo, a clave no es el producto, es la comunicación efectiva que se establece entre una comunidad proactiva y el promotor de una idea.
La financiación colectiva parece que estuviera asentándose en España más por su carácter de “novedad” llena de ventajas que por su esencia social, ninguneada por el eslogan simplista: si tienes una idea, no te preocupes, la gente te la puede financiar.
De igual modo sucedió con el coworking, que se ha sido vendido y entendido en muchos sitios como una oficina económica donde compartir gastos en lugar de un espacio para creación sinergias entre profesionales.
FINANCIACIÓN COLECTIVA APLICADA AL ÁMBITO “SOCIAL”
La financiación colectiva no debería partir de una idea que tiene el promotor con respecto a lo que el considera una necesidad. Lo ideal sería que el promotor fuera alguien que encuentra una solución para una problemática detectada por una comunidad y es capaz de comunicar de forma efectiva su propuesta de solución a esa comunidad.
El tradicional dilema “¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?” se transforma en “¿Qué fue antes, el promotor o la comunidad?”.
Si para el emprendedor muchas veces se ha vendido la idea de financiación colectiva como una financiación “accesible y sin intereses”, aplicada a las asociaciones esta misma idea ha venido camuflada de un halo de “nueva fórmula de subvención pública”.
Y en cierto modo así es. Sin embargo, si la antigua fórmula de “subvención estatal” consiguió que las asociaciones olvidáramos nuestros orígenes: ¿qué es una asociación y porqué nace en esta forma legal y no otra?. Esperamos que esta nueva fórmula nos ayude a recordarlos.
Las ONGs queremos, al igual que los emprendedores, que financien nuestra actividad pero gran parte de los problemas que estamos teniendo para lanzar proyectos vienen en esa línea. Veamos el porqué.
Una asociación nace para cubrir la necesidad de una comunidad. Nace de la inquietud de una comunidad que se une de forma proactiva porque desea participar de forma conjunta en la solución de un problema.
Por ello, si cuando buscamos a nuestro alrededor para lanzar una campaña de financiación colectiva, no encontramos esa comunidad proactiva que nos puede ayudar a sacar nuestro proyecto adelante… es quizás porque después de “la era dorada de las subvenciones” nos hemos transformado en algo muy alejado de esa masa social que daba sentido a nuestra propuesta asociativa.
Quizás en ese camino, sin querer darnos cuenta, nos hemos transformado en una especie de gestora de servicios públicos y nos hemos alejado de la esencia asociativa y participativa. Por suerte, no le ha pasado a todas las asociaciones pero creo que todos conocemos algún caso.
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AUTOCRÍTICA Y ESPERANZAS
Desde Diseño Social lanzamos esa autocrítica en la que nos incluimos y en la cual, después de varios años analizando el fenómeno por fin vamos vislumbrando pequeños atisbos de luz que nos hacen entender que si en el sector social no encontrábamos la salida a una financiación estable era porque estábamos equivocando el destino.
La “era dorada de las subvenciones” nos ha dejado un legado de asociaciones con una gran profesionalización en sus servicios pero sin raíces en la base de asociacionismo.
Si el tejido asociativo no es lo suficientemente fuerte es porque mientras existía la subvención nos olvidamos de la comunidad. Mientras existía las partidas de subvención nos transformamos en gestores administrativos de ese dinero público. Perdimos foco en el valor de la comunicación con nuestra comunidad.
NO TODO SON MALAS NOTICIAS
De hecho, todo lo anterior no es una simple crítica sino como una reflexión constructiva y necesaria que nos puede llevar a un giro esencial por recuperar algo mucho más importante que una subvención para desarrollar una actividad.
Se trata de generar metodologías y dinámicas sociales en las que la participación ciudadana y la ciudadania activa se implican de forma personal y proactiva en su comunidad y su entorno.
Una ciudadanía que no deja sus intereses a la deriva de cargos públicos, votados cada cuatro años y elegidos entre ese grupo selecto de partidos políticos financiados por lobbies y grandes empresas.
Y unas asociaciones que vuelven a mirar en horizontal para encontrar su sentido y fortaleza en lugar de mirar hacia arriba para pedir una subvención y mirar hacia abajo para ofrecer un servicio.
UN ESPACIO PARA LA REFLEXIÓN
Para retomar este camino, nos hemos aventurado en una nueva ruta de reflexión e investigación compartida y autocrítica que tendrá su inicio en la próxima formación que daremos en Galicia y que generará un pequeño punto de inflexión en nuestra tutorización de proyectos y de la que esperamos poder ir creciendo y sumando opiniones, colectivos, críticas, guías y todo lo que pueda caber en la construcción colectiva basada en el poder de la comunicad y la participación ciudadana.
ACTUALIZACIÓN:
Tras el éxito obtenido en las distintas convocatorias de formación presencial ofreceremos una formación online accesible a todos: INSCRIPCIÓN AQUÍ
Jaap Krijgsman says
The Future of Equity Crowdfunding
Invest directly in innovative consumer web shops
A unique Dutch initiative: equity-based crowd funding for web shops.
On September 4th 2014, StoreCorporation will start a unique initiative to invest directly in fast-growing privately-owned web shops.
Crowd funding is no longer a new concept for web shops, but private individuals directly co-owning multiple web shops through investment is.
The acquisition of capital with a large mass of small investors is an innovative form of (online) financing with incredible potential. StoreCorporation crowd funds differently; here, you participate directly in the share capital of the enterprise and its web shops.
Direct investment in privately-owned businesses is usually a cumbersome affair; every transaction must pass through a notary and the drafting of official contracts is required.
StoreCorporation has chosen a simpler path; one that is fully covered legally and is unopposed by the Dutch financial supervisory authorities (AFM and DNB). Now, investing in an as of yet privately-owned business is a piece of cake.
What is the secret to this simplicity? The StoreCorporation has chosen to utilize a tried and true Dutch legal form: the co-op (Cooperatie U.A.). This is a form where its members are in charge and participate in the capital, but without a larger amount of accountability than the invested amount of money.
Equity-based crowd funding for web shops
How does it work? After a successful crowd funding, the StoreCorporation establishes an investment co-op co-op (Cooperatie U.A.), which gains a share capital in the company.
The investors all gain membership of that investment co-op, which eventually becomes the owner of all the shares of the company. Transparency of the organization is safeguarded by a graduated system of ownership and influence. One can compare it to market-listed stock certificates, where the investor owns the certificate while the actual share is held by an administration office. The difference is that with StoreCorporation, investors have more input and influence than holders of stock certificates because they are co-owners of the investment co-op who determine its policies, have full voting rights and selects its board of directors.
Limited share risk
Of course there is the usual risk that comes with undertaking and applies to all investments in companies. If the StoreCorporation can no longer meet its obligations and goes bankrupt, its investors will lose their invested money. However, because the StoreCorporation invests in more than ten web shops, the risk is minimalized.
Invest directly in innovative consumer web shops
Also of interest is the attention playing in the back ground, for example from abroad. We have tested our story on several crowd funding web sites and the attention we have gained is remarkable. Several groups have already come forward to become shareholders in the StoreCorporation.
At http://www.symbid.nl/ideas/5879-storecorporation, anyone can invest and therefore profit of the present and future growth. One share can be bought for 20 euros, so truly everyone can come on board and profit from the growth in web shops and this new way of doing business!
BenKenOwi says
Quién firma esto? Me parece muy bien la opinión ( puesto que es eso, opinión sin datos estadísticos o cuentas de resultados)pero me gustaría saber quién lo ha pensado. Tengo algunas preguntas y, la verdad, algo que viene firmado por “nadie”… no se, no me lo creo. Por cierto, pelín hipócrita criticar todo el sistema y poner al lado banners con peticiones de micromecenazgo, no?
Blanca Mata Fauri says
Enhorabuena por este post. Qué clarividencia de ideas y de exposición. Y qué baño de realidad.
Un abrazo y seguid así!