Actualmente, las ideas de Victor Papenek son seguidas por muchos teóricos del diseño muy críticos con la sumisión de esta disciplina a los mercados. Entre ellos destaca John Thackara el cual considera visionaria la obra de Papenek.
El concepto de Papanek está basado en la idea de que el diseño es un atributo básico del ser humano. Para él, la formación y el trabajo del diseñador deben ser desmitificados y rescatados de las garras de una elistista concepción de las formas y la comunicación comercial.
Sir Ken Robinson nos enseñó que todos nacemos con el talento de diseñar o darles nuevas formas y sentido a algo que ya existe. Lo único que tenemos que descubrir es nuestro “elemento”. Si no lo hacemos, tarde o temprano a la mayoría se nos olvida o nos volvemos algo cobardes a la hora de experimentar.
Sin embargo, hoy en día la corriente del diseño busca generar soluciones desde los entornos accesibles e incluye la cocreación y el aprendizaje compartido. Al vivir en comunidad y estar interconectados nos encontramos ante las interacciones sociales todos los días. No estamos solos en una isla desierta. No podemos dejar de ser seres sociales que son influidos por la realidad que les rodea, pero que también pueden influir en ella.
Debemos ser conscientes del hecho de que tenemos la oportunidad de elegir las acciones en la vida cotidiana. Tenemos la opción entre seguir los mismos hábitos, las costumbres y los senderos que marcamos en el pasado, cambiarlos por otros o diseñar nuevos caminos. Para nosotros este es el diseño social, ¿cómo podemos, desde nuestra pequeña realidad, diseñar nuestro mundo?
En la era de la información, la interconexión y las redes sociales, en el ámbito del diseño también necesitamos profesionales pero también de gente que lo aplique en todas las facetas de su vida: artesanos, ilustradores, diseñadores, arquitectos, ecologistas, escritores, campesinos, periodistas, amas de casa… También necesitamos una formación “social y cívica” mínima para que las ideas se encaucen y no queden en meros pensamientos pasajeros.
Hay múltiples formas de hacerlo y nuevas metodologías para aplicar y revisar a cada paso. También la experiencia de personas creativas en su día a día. Pero lo más importante quizás, es no olvidar que todos, absolutamente todos, formamos parte activa del mundo que pisamos. Las posibilidades de rediseñar el mundo son infinitas pero tienen un paso previo indispensable: rediseñar nuestra forma de pensar.
Os recomendamos este interesante artículo de Raquel Pelta sobre diseño aplicado al cambio social.
Victor Papanek – (1927-1998)
Víctor Papanek fue diseñador, educador y el principal defensor del diseño social y ecológico.
Su ideas se anticiparon a movimientos actuales como son la ecología y sotenibilidad aplicada al diseño, la cocreación, el crowdfunding, el movimiento Peer-to-peer (P2P), la transparencia de los procesos, el procomún, o el concepto wiki. Trataremos cada uno de estos conceptos durante el desarrollo de este manual.
Sus productos, textos y conferencias colectivamente eran considerados un ejemplo y un estímulo por muchos diseñadores ya que Papanek conceptualizaba la función del diseñador para el rol social.
Papanek era filósofo del diseño, el promotor elocuente del diseño crítico y los acercamientos que serían sensibles a las consideraciones sociales y ecológicas.
“El diseño se ha convertido en la herramienta con la cual el hombre forma sus instrumentos y ambientes, ya sea en un ámbito social o personal.” V. Papanek
El diseño es el acto de ordenar los elementos que se disponen en un contexto determinado. De esta manera si el contexto es lo social y lo ecológico, estamos rotundamente atrapados por el concepto de economía, que nos desvía por caminos de fachadas y no nos permite ingresar al espacio contextual a intervenir para satisfacer necesidades.
Aporta para el diseño actual una serie de elementos y conceptos que en nuestro tiempo se están dilucidando y tratando de una manera urgente, ya que en la actualidad hace falta una iniciativa sociocultural destinada a las clases media y bajas.
Nos enseña que la antropología va ligada con el diseño: cómo aprender de otras culturas, comprender sus necesidades y encontrar a través del diseño soluciones para ellas.
La esperanza que nos queda como diseñadores es crear juntos nuevos espacios contextuales, nuevas dinámicas, ser innovadores con nosotros mismos, ser la solución verdadera a las necesidades de las clases culturales cegadas de un producto elitista y de un gusto muy cuestionable.
En su publicación Muebles Nómadas (1973) ya hacía un llamamiento hacia el mundo itinerante, nómada y reciclado. En un mundo en crisis que busca reescribir su historia, su concepto de diseño social, abierto y participativo, resurge de las cenizas de un diseño esclavizado por la sociedad de consumo.
Actualmente, las ideas de Papenek son seguidas por muchos téoricos del diseño muy críticos con la sumisión de esta disciplina a los mercados. Entre ellos destaca John Thackara (que participó en el documental Comprar, tirar, comprar), quien considera visionaria la obra de Papenek. Su ideas se anticiparon a movimientos actuales como la ecología del diseño, el crowdfunding, el peer-to-peer (P2P), transparencia de los procesos, el procomún o el concepto wiki. Trataremos cada uno de estos conceptos en los próximos temas sobre diseño social.
Pero quizás, de entre todas, rescatamos esta frase de Papanek: «Todos los hombres, en su día a día, diseñan».
Diseñamos nuestra agenda, nuestras rutas. Diseñamos nuestra comida y nuestro armario. Diseñamos cambios sociales y cambios políticos. Diseñamos nuestras relaciones de pareja. Diseñamos nuestra vida y participamos del diseño de la vida de todos aquellos que interactúan con nosotros.
El concepto de Papanek se basa en que diseñar es un atributo básico del ser humano. Para él, la formación y el trabajo del diseñador deben ser desmitificados y rescatados de las garras de una elistista concepción de las formas y la comunicación.
Diseñar es, en esencia, crear soluciones. Según este concepto, se debe revalorizar el diseño «vulgarizándolo» e introduciéndolo en el seno de la sociedad para devolverle su verdadera función social. Diseñar para crear una solución a una necesidad, no diseñar para crear una nueva necesidad.
En su obra Edugrafología, Papanek hizo un examen detallado de una serie de mitos, creados o fomentados por la «élite» profesional y teórica del diseño, que alejan a esta disciplina de las personas.
¿Crees que el ser humano, en su día a día, también es diseñador? ¿Qué opinas de los mitos planteados por Papanek? ¿Con cuáles te quedarías y con cuáles no?
- El diseño es una profesión.
- Los diseñadores tienen buen gusto.
- El diseño es una mercancía.
- El diseño está destinado a la mejora en la producción.
- El diseño es para las personas.
- El diseño soluciona problemas.
- Los diseñadores tienen habilidades que se desarrollan durante los años de educación especializada.
- El diseño es creativo.
- El diseño satisface necesidades.
- El diseño es temporal.
Diseño para el mundo real: Ecología humana y cambio social
Design for the Real Word analiza sin concesiones las repercusiones sociales y ecológicas del diseño industrial en los Estados Unidos. Para combatir esta tendencia destructiva, el autor Victor Papanek ofrece conocimientos fundamentales sobre el diseño social, moral y ambientalmente responsable, así como ideas para lograr esos objetivos.
¿Alguna vez ha comprado un equipo costoso, como una computadora portátil, una cámara o un teléfono móvil, solo para que se rompa repentinamente mucho antes de lo esperado? ¿Te hizo enojar? ¿Incluso tuvo la sensación de que eso era una especie de conspiración para asegurarse de que los productos estén diseñados de tal manera que los tontos como usted sigan saliendo año tras año para comprar productos nuevos y caros?
Si alguna de esas preguntas le resuena, Design for the Real World puede ofrecerle algunas de las respuestas que busca.
En este libro, escrito en 1971 y aún más relevante que nunca, el autor nos da un relato implacablemente honesto de las prácticas de diseño irresponsables en los Estados Unidos y su contribución al aumento en la producción de bienes de consumo desechables y de baja calidad que recubren nuestro estantes hoy.
Pero en su crítica mordaz, el autor tiene cuidado de proporcionar muchas formas prácticas en las que los diseñadores pueden reenfocar sus esfuerzos para que se conviertan en fuerzas positivas para el cambio, en lugar de contribuir a la destrucción de nuestro medio ambiente.
Más que belleza: el diseño produce herramientas y objetos funcionales para la sociedad humana
¿Qué te imaginas cuando escuchas la palabra «diseño»? ¿Sillas de alta costura y elegantes?
Ciertamente, la comprensión actual de «diseño» se asocia principalmente con el diseño de productos, por ejemplo, la elegante carcasa del iPod, y a menudo se considera el arte de hacer que las cosas se vean hermosas.
De hecho, hay muchos ejemplos en los que el diseño de productos se centra únicamente en atraer nuestros sentidos, es decir, mirar, tocar, oler, oír y gustar. Un ejemplo particularmente exagerado de esto es el reproductor de discos que produce un aroma aromático cada vez que se reproduce el disco. Los consumidores tienen entonces la opción de elegir entre aromas “románticos” o “naturales”.
Aunque esta característica de diseño es completamente cosmética y una mejora sin importancia para la función de los reproductores estándar, no sería inusual que se haga referencia a productos como estos como «buen diseño».
Sin embargo, un buen diseño abarca mucho más que estética. El buen diseño consiste en crear herramientas, productos y sistemas funcionales.
Además de la estética, el diseño funcional considera los métodos empleados por el diseñador, el uso previsto del producto, las necesidades humanas que el producto pretende satisfacer, las asociaciones que el diseño crea con amigos y familiares, y su relación con la naturaleza y la sociedad como un todo.
Para que un diseño se considere “completamente funcional”, debe cumplir con todos estos elementos.
Considere, por ejemplo, el mural de Leonardo da Vinci, La última cena . La pintura es claramente hermosa y, por lo tanto, cumple una función estética. ¡Pero hace mucho más que esto! Por ejemplo: su uso inmediato es cubrir una pared que de otra manera sería insípida o fea; contemplar la pintura sirve a nuestra necesidad de iluminación espiritual; y crea asociaciones claras con la Biblia, lo que ayuda a las personas a identificarse con el diseño.
Un diseñador exitoso, como da Vinci, necesita equilibrar estas diferentes demandas al diseñar su producto. Esto es especialmente importante ya que el diseño puede tener efectos no deseados de gran alcance, como veremos en el siguiente parpadeo.
Los diseñadores tienen una gran responsabilidad por las consecuencias que sus diseños tienen en la sociedad
Frente a la complejidad cada vez mayor de nuestra sociedad moderna, hay cada vez más cosas que deben planificarse y diseñarse.
En consecuencia, el impacto de las decisiones de un diseñador va mucho más allá de un solo cliente o grupo de mercado objetivo. De hecho, cada decisión de diseño hoy tiene consecuencias de gran alcance que llegan profundamente a diferentes áreas de la sociedad, como la economía, la política y la cultura.
Un ejemplo perfecto de esto se encuentra en el diseño de productos de comida rápida. Muchas hamburguesas de comida rápida están envueltas en papel de aluminio no degradable y la comida en sí contiene enormes cantidades de azúcar y sal. Estas decisiones de diseño contribuyen tanto a la producción de material de embalaje nocivo para el medio ambiente como a problemas de salud como la obesidad y la desnutrición.
Claramente, incluso las decisiones de diseño aparentemente simples, como las recetas y las opciones de empaque, tienen un gran impacto en el mundo y pueden servir como una fuerza para el bien o la destrucción.
Por tanto, los diseñadores asumen una enorme responsabilidad social y medioambiental, que va mucho más allá de la mera satisfacción del consumidor y la reacción del mercado.
Como ejemplo, imagine que una empresa encarga a un diseñador que diseñe una radio que pueda vender. No solo debe funcionar correctamente, sino que también debe producir ganancias.
Así pues, el diseñador tiene que tener en cuenta cosas como el costo de producción, envasado, y el precio, en adición a la función real del producto. Y si quiere ser una fuerza para el bien social, entonces tendrá que tener en cuenta otras cosas: la mano de obra involucrada, las condiciones de la fábrica, el impacto ambiental de los materiales, etc.
Pero, ¿y si tiene la tarea de diseñar una radio de baja calidad? Esto puede requerir mano de obra más barata y piezas dañinas para el medio ambiente. Sin embargo, un diseño lo suficientemente barato también podría proporcionar a los más pobres del mundo acceso a la información, lo que proporcionaría un gran beneficio social.
Como ilustra este ejemplo, cada diseñador tiene que tomar decisiones difíciles con cada proyecto, todo lo cual puede tener importantes consecuencias para la sociedad.
Y a la luz de estas consecuencias, también surge una responsabilidad considerable. En los siguientes parpadeos, aprenderá cómo los diseñadores no cumplen con esta responsabilidad.
Desafortunadamente, el diseño a menudo está completamente separado de las necesidades del mundo real.
En el último parpadeo hablamos de la gran responsabilidad social que tienen los diseñadores. En las últimas décadas, sin embargo, el diseño se ha separado cada vez más de esta responsabilidad.
En lugar de diseñar para las necesidades reales de la sociedad, los diseñadores tienden a centrarse en las preferencias altamente individualistas de solo una parte estrecha de la sociedad.
Considere, por ejemplo, las tendencias de diseño de las décadas de 1920 y 1930, donde los diseñadores tradujeron el movimiento de pintura “de Stijl”, que consta de cuadrados, rectángulos y líneas rectas, en muebles. Los resultados fueron sillas extremadamente incómodas cuyo único propósito parecía ser representar un tipo específico de expresión artística.
A pesar de su funcionalidad limitada, estas sillas siguen siendo caras porque se consideran objetos elegantes y de moda «imprescindibles», incluso hasta el día de hoy. Como resultado, solo las personas muy pudientes, la élite económica bien posicionada, pueden permitirse lucirse en sus hogares.
Al diseñar para una minoría rica, los diseñadores se han olvidado por completo de las necesidades reales de todos los demás.
Las consecuencias de esto son de gran alcance, ya que solo unos pocos de nosotros podemos permitirnos los artículos de lujo diseñados por los mejores diseñadores de la actualidad. Además, afecta a quienes se beneficiarían más de diseños buenos y bien pensados, como los ciegos, los discapacitados mentales o discapacitados en todo el mundo.
De hecho, muchas de las necesidades de las personas discapacitadas quedan insatisfechas. Por ejemplo, a quienes padecen artritis a menudo les resulta extremadamente difícil abrir las cajas de pastillas. Compare esto con los 500 niños que mueren por el mal uso de las pastillas todos los años simplemente porque no tienen ninguna dificultad para abrirlos.
Y, sin embargo, a pesar de la terrible necesidad de una solución, ningún diseñador o empresa famosos se molestó nunca en encontrar una. Se necesitó un equipo de estudiantes de diseño comprometidos y capacitados en diseño social y ambientalmente responsable para conquistar esta tarea.
Al tomar en serio las necesidades de las personas discapacitadas, pudieron diseñar un pastillero fácil de abrir y a prueba de niños. En verdad, cuando hay voluntad, hay una manera. Los diseñadores simplemente deben tener un buen ojo para saber dónde está la necesidad.
El diseño actual produce productos sin sentido, de mal gusto y de corta duración
Durante la limpieza de primavera, ¿alguna vez encuentra estas reliquias, la basura que acumula polvo en su armario, sin usar? ¿Te preguntaste: «¿Por qué demonios compré esto en primer lugar?» Bueno, hay una buena razón para esto.
Actualmente, en lugar de gastar su energía en diseñar productos que agreguen valor a nuestras sociedades, los diseñadores se ocupan de la producción de productos inútiles y de mal gusto, como artilugios y juguetes. Desafortunadamente, la cantidad de ejemplos que ilustran esta tendencia parece interminable.
Por ejemplo, ¿sabías que hay una gran cantidad de robots que puedes comprar hoy que, por el motivo que sea, son de alta costura? La mayoría de estos juguetes no tienen ningún valor práctico. Incluso hay un robot que puede hablar, pero no puede hacer nada más aparte de eso.
Pero lo absurdo de los diseños inútiles no termina ahí: considere los asientos de inodoro cubiertos de visón, los cuernos de zapatos decorados con diamantes de imitación o los paños de cocina eléctricos, todos los cuales puede comprar y todos los cuales se olvidarán rápidamente.
Es más, la producción de productos sin sentido va de la mano de una cultura de desechabilidad y obsolescencia manufacturada.
Piénselo: ¿qué es mejor que diseñar un producto que la gente quiera comprar? Un producto que la gente quiere comprar y que debe ser reemplazado con frecuencia. Por lo tanto, los diseñadores son responsables de producir productos de corta duración y se han convertido en cómplices de los efectos dañinos de una economía impulsada por las ganancias.
No tiene que buscar muy lejos para encontrar ejemplos de esto. Piense en su último coche. Dejando a un lado su función, ¿cuánto tiempo pasó antes de que pareciera viejo? De hecho, todos los años se realizan cambios superficiales en los diseños de automóviles solo para cambiar su apariencia y atraerlo a comprar.
Y luego, cada tres años, hay cambios importantes en el estilo que hacen que los consumidores se agoten y reemplacen sus autos, como un reloj. ¿Pero es eso realmente necesario?
El mal diseño tiene dramáticas consecuencias negativas tanto para la sociedad como para el planeta
Hasta ahora, hemos aprendido sobre las graves responsabilidades sociales y ambientales que conlleva el diseño de productos. Pero, ¿qué sucede cuando los diseñadores no cumplen con estas responsabilidades?
En primer lugar, dado que muchos productos están diseñados intencionalmente para volverse obsoletos rápidamente, también están diseñados de manera descuidada. Esta falta de diligencia en el proceso de diseño puede tener efectos perjudiciales en términos de salud y seguridad.
Por ejemplo, incluso los productos simples como las gafas de seguridad pueden convertirse en una grave amenaza para la salud si no se diseñan correctamente. Sorprendentemente, muchas gafas de seguridad son en sí mismas muy inseguras, ya que tienden a romperse o romperse cuando se exponen incluso a una fuerza mínima, e incluso pueden romper el puente de la nariz si se golpean las gafas.
Si bien no todo el mundo posee o usa gafas de seguridad, la mayoría de las personas tiene televisores. Algunos televisores en color más antiguos emitían rayos dañinos que podrían dañar los órganos reproductivos de los niños sentados demasiado cerca del televisor durante sus dibujos animados matutinos.
Peor aún, este mal diseño , es decir, un diseño social y ambientalmente irresponsable, puede tener consecuencias desastrosas de proporciones épicas. Solo considere cuántos de los productos actuales son «desechables». ¿Qué significa eso para nuestro medio ambiente? Estos productos no solo contribuyen a la contaminación, sino que también deben ser reemplazados continuamente.
Pero los productos desechables no se crean de la nada: una economía basada en la producción de bienes de consumo desechables requiere materias primas para producir nuevos productos, lo que luego ejerce presión sobre el medio ambiente. Mientras tanto, los productos desechados terminan en los vertederos en constante crecimiento, donde los agentes químicos peligrosos a menudo se filtran al suelo o al agua.
Y no solo los productos de consumo pueden estar mal diseñados. En proyectos de mayor escala, el diseño irresponsable también puede contribuir a la destrucción inmediata y de gran alcance de los hábitats naturales.
Un gran proyecto de represas mal diseñado, la tala de árboles y el desvío de ríos en Florida, resultó en una gran pérdida de vida silvestre, el marchitamiento de los Everglades y la desertificación.
Ciertos mitos actúan como obstáculos en el camino hacia un diseño más significativo
Para detener las consecuencias destructivas del mal diseño, debemos repensar fundamentalmente el propósito del diseño. Pero para hacer esto, primero debemos superar ciertas barreras.
Algunos tipos de mala concepción están respaldados por poderosos mitos sociales basados en la ignorancia y la desinformación.
Uno de esos mitos, por ejemplo, es que los departamentos de ventas y de investigación de mercado tienen control sobre lo que se produce, por lo que los diseñadores carecen del poder para actuar como una fuerza para el bien.
Y, sin embargo, los diseñadores conciben, inventan y planifican aparatos como radios con forma de hamburguesas y pantalones calefactados eléctricamente. ¿Cómo puede ser que no puedan poner el mismo esfuerzo en diseñar algo que realmente ayude a las personas?
Los diseñadores también creen erróneamente que sirven a las masas. Considere, por ejemplo, que si hay 22 millones de sillas producidas en los Estados Unidos, el diseñador de una sola silla satisface de manera efectiva las necesidades de solo alrededor de 500 personas, debido a la gran variedad de modelos que los fabricantes se lanzan al mercado.
Sin embargo, si un diseñador crea sillas con un propósito positivo y específico en mente, por ejemplo, sillas simples, ergonómicas y económicas, en lugar de diseñar sillas elegantes para la alta sociedad estadounidense, podría producir miles de millones de sillas funcionales para usar en escuelas, hospitales. y hogares en zonas más pobres.
A estos mitos se suman una serie de obstáculos emocionales, intelectuales y culturales que bloquean el camino hacia la innovación. De hecho, una gran parte de la sociedad celebra cada vez más los valores conformistas, lo que dificulta que los diseñadores solucionen problemas de forma creativa.
Considere, por ejemplo, la forma en que pensamos sobre el desperdicio: esencialmente, es asqueroso y queremos deshacernos de él. Pero si lo pensamos en un sentido más positivo, entonces podemos comenzar a encontrar formas creativas de utilizar los productos de desecho para cumplir funciones importantes en nuestra sociedad. Por ejemplo: ¿Cómo podemos usar excrementos de pollo para impulsar automóviles? ¿O podemos usar estiércol para producir electricidad para nuestros hogares?
Así que ahora tiene una buena idea de lo que se interpone entre nuestra situación actual y un proceso de diseño moral y ambientalmente responsable. Los siguientes parpadeos explorarán cómo se vería ese proceso.
Es hora de un replanteamiento radical: los diseñadores deben comenzar con las necesidades reales
Si quieren satisfacer las necesidades reales de personas reales, los diseñadores deben explorar caminos fundamentalmente nuevos para superar las barreras y los mitos que perpetúan un sistema social y ambientalmente destructivo.
La forma de lograr esto es a través del diseño integrado , una estrategia de diseño integral que incorpora varios factores y perspectivas en el proceso de toma de decisiones. El diseño integrado también es proactivo, ya que busca crear resultados futuros positivos.
Si bien, por supuesto, hay muchos elementos prácticos que ayudan a crear un diseño integral, una pieza esencial del rompecabezas es el equipo de diseño multidisciplinario. Este equipo debe ser una sección representativa de las muchas áreas de nuestra sociedad, como la cultura, la antropología, los negocios y otras. Es el trabajo del diseñador principal, entonces, cerrar la brecha entre los diferentes enfoques para facilitar un diseño integrado.
La estrategia de producir un diseño integrado también coloca su proyecto dentro de un contexto social y refleja las necesidades de personas reales. Esto significa que los usuarios finales, así como los trabajadores que fabrican el producto o servicio, también deben formar parte del equipo de diseño.
Se pueden encontrar buenos ejemplos de esto en diseños de productos hechos para países en desarrollo. Por ejemplo, los diseñadores han elaborado el diseño de un pequeño dispositivo de radio que produce electricidad con la ayuda de una especie de vela colocada dentro de una lata. Su diseño es muy simple y se puede ajustar a las necesidades locales, y la vela del interior puede incluso alimentarse con elementos como cera, madera, papel o estiércol de vaca seco.
Los usuarios locales pueden incluso participar en el diseño del producto. Por ejemplo, los usuarios de Indonesia decoraron la radio de hojalata con materiales que se encuentran en su entorno, como vidrio y conchas.
Al incorporar los elementos del diseño integrado y solicitar la opinión del usuario final, los diseñadores podrán desarrollar todo tipo de dispositivos únicos y socialmente beneficiosos.
El entorno natural ofrece importantes conocimientos para los diseñadores
Entonces, ¿de dónde obtienen los diseñadores su inspiración para superar las barreras y revolucionar el diseño hoy? Un buen lugar para buscar es la madre naturaleza, con sus miles de millones de años de experiencia en diseño.
De hecho, hay muchas formas en que los diseñadores pueden aprender de la naturaleza y la biología simplemente estudiando los procesos naturales y aplicándolos a sus diseños para productos y soluciones novedosos. Examinar, por ejemplo, los procesos de crecimiento natural de las plantas, los esqueletos de los animales y la estructura de los cristales puede ayudarnos a encontrar la inspiración para la innovación.
Esto, por supuesto, no es nada nuevo. Los humanos siempre hemos aprendido de la naturaleza: el martillo, por ejemplo, es una iteración más duradera del puño humano, el rastrillo se parece mucho a las garras de los animales, etc.
También podríamos dirigir nuestra atención al mar. Liquen, por ejemplo, es una mezcla entre algas y hongos que se parece bastante a musgo, y existe de forma natural en más de uno de cien colores – de color naranja brillante y rojo ardiente, todo el camino a gris pálido. Pero, ¿qué podemos hacer con él?
Por ejemplo, podría funcionar perfectamente como pintura mural duradera y de bajo mantenimiento. O podría servir como reemplazo del césped plantado en las franjas medianas de las carreteras, reduciendo así radicalmente los costos públicos de corte.
Sin embargo, a medida que los problemas de la sociedad moderna se vuelven cada vez más complejos, los diseñadores no solo necesitan estudiar la forma de los organismos individuales, sino que también deben comprender cómo se crean sistemas naturales completos.
Por ejemplo, cuando los científicos estudian la forma en que las libélulas emprenden el vuelo, no solo miran sus alas y sus cuerpos, sino que estudian cómo todos los elementos funcionan en concierto mientras despegan, vuelan y aterrizan.
Por ejemplo, los científicos examinan el comportamiento de las libélulas dentro de los túneles de viento con el fin de obtener información sobre la aerodinámica. También pueden descubrir otras cosas aparentemente no relacionadas. Por ejemplo, los conocimientos sobre cómo vuelan las libélulas se utilizan no solo para diseñar aeronaves flexibles y que ahorran combustible, sino que también se pueden utilizar para predecir el clima y las corrientes oceánicas.
Para ser fuerzas efectivas para el cambio social, los diseñadores necesitan educación en diseño experimental
¿Confiarías en que un estilista te cortara el cabello si solo hubiera estudiado, pero nunca hubiera usado las tijeras en su mano? Probablemente no, y deberíamos adoptar el mismo enfoque de diseño.
Hoy en día, la mayoría de los graduados en diseño dejan la escuela sin la competencia necesaria para resolver realmente los problemas que enfrenta nuestra sociedad. Eso es porque sus estudios les enseñan solo los aspectos técnicos del diseño, como los procesos de trabajo, las herramientas y los métodos. Sin embargo, los aspirantes a diseñadores deben convertirse en generalistas que aprendan de una variedad de fuentes.
Esto significa que los diseñadores deben expandir sus horizontes en un entorno multidisciplinario, donde están expuestos a otras disciplinas, como la antropología, la psicología y las ciencias del comportamiento. Estas diversas disciplinas les ayudarán a abordar los problemas de diseño desde diferentes perspectivas y a comprender mejor otros aspectos cruciales, como las necesidades de las personas, el papel de la dinámica social, etc.
Estas diversas disciplinas también se “polinizan entre sí”, lo que amplía aún más la perspectiva de los estudiantes y les ayuda a encontrar soluciones de diseño inesperadas.
Además, los diseñadores necesitan una experiencia de diseño práctica y real. En la educación convencional, los diseñadores jóvenes realizan una gran parte de su aprendizaje en el aula. Sin embargo, dado que trabajarán en diseños con implicaciones de gran alcance para la sociedad, es fundamental que trabajen en problemas del mundo real y en tiempo real en el curso de sus estudios.
Una buena educación en diseño alentaría a los estudiantes a viajar por todas partes para presenciar de primera mano diversos entornos y culturas, y luego trabajar en problemas prácticos de diseño, como los que se encuentran en oficinas, industrias, fábricas y granjas.
Allí pueden diseñar nuevas herramientas, maquinaria, dispositivos y estructuras con la ayuda directa del usuario final. Esta es claramente una situación en la que todos ganan: los diseñadores obtienen experiencia práctica y la comunidad se beneficiaría de las nuevas soluciones de diseño que ayudaron a crear.
Investigación, ética personal y educación en diseño nos ayudará a hacer contribuciones positivas al diseño en el mundo
Hasta ahora hemos hablado de los «grandes problemas» que enfrentan los diseñadores y la educación en diseño. Este último parpadeo discutirá los tres sencillos pasos que harán que los diseñadores comiencen por el camino correcto.
Primero, debemos enfocar nuestra energía en esfuerzos de investigación a gran escala. Si los diseñadores han de ser una fuerza para el bien, entonces es esencial que tengan una perspectiva informada, y eso significa tener una comprensión de los mecanismos subyacentes del mundo en el que vivimos.
Este esfuerzo de investigación consistiría en equipos de diseño multidisciplinarios que recopilen conocimientos sobre diferentes culturas, instituciones, psicología y sociología para comprender cuáles son las fuerzas impulsoras en la sociedad actual.
Y deberían hacerse las «grandes preguntas»: ¿Cuáles son las formas óptimas de vivir? ¿O organizar una sociedad? ¿Qué papel juegan la religión y la moralidad en nuestra sociedad?
En segundo lugar, debemos dejar de participar en actividades de diseño inmorales. Esto significa que los diseñadores dejan de contribuir a cualquier proyecto que pueda ser perjudicial para la sociedad o el medio ambiente. Esto, por supuesto, es un gran cambio, por lo que está bien comenzar con algo pequeño. Por ejemplo, los diseñadores podrían decidir comenzar a dedicar el diez por ciento de su tiempo a soluciones para problemas sociales y ambientales, y luego escalar desde allí.
Finalmente, necesitamos repensar fundamentalmente la educación en diseño. Lo más importante es que los diseñadores jóvenes necesitan trabajar en temas de la vida real de una manera multidisciplinaria y social y ambientalmente responsable.
Una forma sería crear un entorno combinado de aprendizaje y trabajo con no más de 30 aspirantes a diseñadores, que también serían parte de una red internacional más grande de 1000 centros de aprendizaje internacionales en todo el mundo. Mantener un tamaño reducido de clases fomentaría el desarrollo individual y el aprendizaje práctico al mismo tiempo que facilitaría un espíritu de cooperación internacional.
Estas son solo algunas ideas; Hay muchas formas en las que los diseñadores pueden comenzar a crear un mundo en el que todos queremos vivir. Pero estos tres pasos al menos nos indicarán la dirección correcta.
Mike Monteiro: el diseño mata
Mike Monteiro incitó a una audiencia de compañeros diseñadores a levantar su voz en señal de protesta. Según este artículo de Fast Company, Monteiro, director de Mule Design y autor de Design Is a Job, nos recuerda y advierte que el diseño puede matar. Puede arruinar vidas y dañar la sociedad y el medio ambiente. Y en opinión de Monteiro, la generación actual de diseñadores ha abdicado de sus responsabilidades éticas. Monteiro invita a cualquier diseñador a que se pregunte dónde ha fallado la profesión y cómo corregirlo. Estas son las claves que destaca:
- Nuestra generación de diseñadores ha fracasado éticamente.
- Han fracasado porque han valorado el sueldo por encima de la integridad, no han tenido un sistema de apoyo y no han definido sus propias responsabilidades.
- Hoy en día, Silicon Valley solo se preocupa por el dinero, la velocidad, la escala y la participación de mercado. Las empresas ignoran los efectos sociales y ambientales.
- Para hacer cumplir los estándares éticos, los diseñadores deben poder «preguntar por qué y decir que no».
- La profesión del diseño necesita un sindicato, escuelas de diseño dedicadas y un sistema de licencias profesionales.
El diseño tiene consecuencias: cuando Facebook violó los derechos de privacidad de Bobbi Duncan, una estudiante de primer año en la Universidad de Texas en Austin, la llevó a entrar en depresión e intento de suicidio después de esta red social hiciera pública su condición homosexual y que sus padres la repudiaran. El diseñador de software James Liang ayudó a Volkswagen a engañar a las pruebas de emisiones y los diseñadores de Uber crearon la herramienta Greyball para ayudar a la empresa a evadir la aplicación de la ley a propósito. Estos ejemplos de alto perfil de fallas éticas no son excepciones: toda la generación actual de diseñadores ha fallado en ética. Se han centrado en el éxito financiero o la cuota de mercado e ignoraron los efectos sociales y medioambientales de su trabajo.
«Un marco ético debe ser independiente de la escala salarial».
Los negocios de hoy se centran en el capitalismo: dinero, velocidad, escala y participación de mercado. En el caso de Twitter, el costo de esa mentalidad ha sido la democracia. Como sugirió Victor Papanek, los diseñadores deberían actuar como guardianes; deben asumir la responsabilidad de lo que permiten en el mercado. Su función incluye juzgar las posibles consecuencias de las decisiones de otras personas, así como las propias. Deben poder «preguntar por qué», para juzgar los efectos éticos del trabajo que ayudan a producir. También tienen que ser capaces de «decir que no», de tomar una posición. La capacidad de preguntar por qué y decir no hace posible el comportamiento ético. Silicon Valley no acepta preguntas sobre «por qué», las empresas solo se preocupan por «cómo». Les dicen a los diseñadores que se muevan rápido y rompan cosas, pero, como muestra la historia de Bobbi Duncan, las cosas que se rompen pueden ser la vida de las personas. Los diseñadores deben comenzar a asumir la responsabilidad de los efectos de lo que diseñan. Necesitan reducir la velocidad y prestar más atención.
Los diseñadores de la generación actual han abdicado sin ánimo de su responsabilidad como guardianes. Han fallado éticamente porque no han querido arriesgar sus trabajos. Prefieren tener un cheque de pago que la integridad. También han fracasado porque carecen de una organización profesional que los respalde; así que cuando han dicho que no, han tenido que hacerlo solos. Y han fallado porque no se han molestado en definir sus propias responsabilidades; han dejado que los empleadores tomen todas las decisiones importantes. La sociedad debería responsabilizar a los diseñadores por los efectos de su trabajo. También necesitan escuelas de diseño dedicadas que reflejen la importancia del campo. Y necesitan un sistema de licencias que haga cumplir los estándares de competencia profesional y ética.
yolanda says
Buenas
Parto de la idea de que todos somo lo que QUERAMOS SER. Los conocimientos ya los tenemos.
Pero como con el resto de las cosas, siempre hay alguien que le de nombre, que le de una forma, una organización y, finalmente, que suponga un beneficio económico para alguien, y una manera de pasar la vida para otros.
En este momento pienso que tal vez el cambio en la palabra es importante. Cambiar Necesidad por Querer. No es lo que necesito para vivir en esta sociedad, sino que quiero para vivir en ella.
Cambiar a la persona (sociedad) para que no necesite, sino educarla en saber decir QUÉ QUIERE.
GRACIAS